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Robot Turtles: un juego que enseña conceptos de programación sin computadores

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Hace algunos meses Chato nos contaba del emprendimiento de Dan Shapiro: Robot Turtles. Robot Turtles es un juego de mesa cuyo objetivo es enseñar a programar a niños de entre 3 y 8 años. Fue basado en el lenguaje de programación Logo, diseñado entre otros por Seymour Paper basado en las ideas de Piaget. Robot Turtles es el juego de tablero que más ventas ha tenido en la historia de KickStarter, donde recaudó US$631.230, más de 25 veces la cantidad inicialmente solicitada. Yo obtuve una copia del juego, y Verónica y yo hemos estado jugándolo por algunos días con nuestra hija Almendra, de 6 años. Chato ya nos contó en qué consiste el juego: este artículo es para narrarles cómo ha sido nuestra experiencia con Robot Turtles.

Veamos algo de background: hace muchos años atrás, una tía se molestó con una prima porque mi prima tenía su polera (playera) metida dentro del pantalón. Le pidió en voz alta "¡Sácate esa polera afuera!". La frase no es correcta, pero tenía cierto sentido en el contexto en que fue dicha. Mi prima (que tenía alrededor de 6 años) hizo un puchero, salió de la casa, y se quitó la polera.

Cuando los niños pasan de la etapa pre-operacional a la operacional concreta, ocurre una transformación increíble: dejan de pensar en términos concretos y literales (como mi prima de 6 años), y comienzan a razonar de manera abstracta. En esta transformación, las niñas y niños adquieren habilidades y conocimientos que les servirán por el resto de su vida adulta. Muchos aspectos de esta transición se dan de manera natural y casi inevitable sólo con interactuar con otros seres humanos, como la superación del egocentrismo. Sin embargo, a pesar de que los milestones descritos en el artículo de Wikipedia para la etapa operacional concreta son de alguna forma "automáticos" e "inevitables" (no es posible que un niño o niña eventualmente no llegue a desarrollar esas habilidades), es evidente que existe una diferencia de grado importante entre niños que reciben estímulo y ayuda para adquirir esas habilidades, y aquellos que no reciben ayuda. ¿Cuáles son esos milestones?

  1. Habilidades de clasificación: los niños son capaces de clasificar objetos por su número, masa y peso.
  2. Habilidad para pensar lógicamente acerca de objetos y eventos.
  3. Habilidad para realizar fluidamente problemas matemáticos de suma y resta.

No tengo evidencia directa de lo anterior; sin embargo, me parece que si la transición fuera perfecta y completa, no estaríamos lamentando nuestro pobre desempeño como país en pruebas estandarizadas como PISA en su versión 2009, en la que Chile ocupó el lugar 49 de 65 países en matemáticas, y el lugar 44 de 65 en ciencias.

Para una niña o niño en transición entre la etapa preoperacional y la operacional concreta, es tremendamente difícil practicar y adquirir estas habilidades.

La programación es una actividad que requiere manejar un montón de abstracciones. Por ejemplo, los conceptos de flujo de ejecución, variables, ciclos, instrucciones de control, son todos básicos y esenciales en el aprendizaje de la programación computacional, independientemente del lenguaje que se escoja. Para una niña o niño de entre 6 y 8 años de edad, vale decir, en transición entre la etapa preoperacional y la operacional concreta, es tremendamente difícil practicar y adquirir estas habilidades. La única forma de hacer esto hasta hace algunos años era programando. Esta es una de las razones por las que cada vez menos niñas y niños aprenden a programar hoy, y representa un tremendo desafío para aquellos de nosotros convencidos de que el pensamiento computacional debería enseñarse en cada colegio y en cada curso desde el primer año de enseñanza básica.

Los niños requieren de un montón de práctica con tareas muy concretas. Y es aquí donde los juegos tienen una utilidad invaluable. Todos los niños juegan a lo largo de su niñez y adolescencia, y como adultos seguimos jugando, con objetivos e intensidades distintas. Jugar es una actividad liberadora, entretenida, desafiante y que requiere de habilidad y esfuerzo. Jugamos para aprender; jugamos para entretenernos; jugamos para socializar; jugamos porque necesitamos distraernos. Jugamos porque jugar nos entrega una retribución relativamente rápida, en una sociedad que honestamente no entrega muchas oportunidades de recibir el necesario alimento para el ego.

El juego es suficientemente simple como para que lo aprenda una niña de 6 años, desafiante como para mantenerla entretenida, y suficientemente complejo como para enseñarle lateralidad, secuencias lógicas y causa-efecto.

Y es aquí donde Robot Turtles hace su aparición genial: el juego es suficientemente simple como para que lo aprenda rápidamente una niña de 6 años, desafiante como para mantenerla entretenida, y suficientemente complejo como para enseñarle habilidades como lateralidad ("Papá, ¿para dónde gira la tortuga con esta tarjeta?"), secuencias lógicas, y causa-efecto. No es un juego competitivo, lo que es un tremendo plus para nuestra hija a quien en general no le gusta la idea de competir. Una de las cosas que más le gustó a nuestra hija fue la posibilidad de crear un laberinto para las tortugas: le encantaron las cajas que se deslizan sobre el tablero, pero por sobre todo las murallas de hielo que es posible derretir con el láser. A pesar de que las reglas dicen que no hay que introducir las murallas de hielo y las cajas deslizantes hasta un poco avanzado el juego, las tarjetas fueron tan entretenidas para mi hija que me preguntó inmediatamente para qué eran; y una vez que le expliqué lo entendió a la perfección y quiso jugar enseguida con ellas. En términos materiales, el juego es de gran calidad. Tanto las fichas como el tablero y cartas son de materiales resistentes, y los diseños son muy atractivos.

Una regla que desechamos inmediatamente fue el colocar las joyas en el centro del tablero. El colocar las joyas en cualquier parte del tablero otorga más libertad para diseñar mejores laberintos! Tal vez sea necesario cuando existen más de dos Turtle Masters, pero con dos sentimos que simplemente no era necesario.

En resumen: ¡un juego excepcional, muy ingenioso, creativo, colaborativo y divertido! Si te interesa tenerlo, a la fecha de este post todavía existe la posibilidad de comprar algunas copias en buy.robotturtles.com.

Update (3/Feb/2014): Las copias disponibles del juego ya se agotaron.

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